Fototeca Ciudad de Zafra: LA HISTORIA DE LA TARJETA NAVIDEÑA

Por estas fechas mi padre me mandaba a comprar la tarjeta navideña, como una de las tradiciones más bonitas del año, a los primos, tíos, amigos, mi tío Zacarías Zama nos pintaba un paisaje de Zafra, la plaza con nieve, el Castellar. Llegaba la Navidad y todos los días uno recibía esa felicitación que se colocaban debajo del árbol de Navidad, algunas empezaban a llegar en Noviembre y otras ya entrado el año, pero no faltaban nadie, solo aquellos que se marchaban de este mundo.
De la tarjeta de Navidad hemos pasado a la era digital a ese mundo imperfecto donde ya uno solo tiene que hacer una felicitación y enviarla a miles de personas sin sellos, ni sobre, ni vida, pocas tarjetas de navidad se reciben, cierto que solo una recibo todos los años yo. la de unos grandes almacenes, escribir una carta y enviarla por correos parece ya algo del pasado, incluso mi buzón amarillo de toda la vida, ha desaparecido.

Fue un tal Sir Henry Cole que por 1843, comenzó a felicitar a sus amigos o sus relaciones sociales y que cuidaba al detalle con su puño y letra, por ello encargo a Johs Callcott un diseño con un motivo navideño, aunque tenemos noticias de que ya el siglo XVIII se comenzaba a felicitar las Navidades pero no de forma impresa como lo hacía Sir Henry, escribir una a una todas las tarjetas con una letra noble y precisa con un mensaje individualizado, en forma de litografía, la primera vez se imprimieron 1000 tarjetas en blanco y negro y se coloreaba una a una.

En esa primera postal se veía una familia entorno a una mesa brindando alegremente, alzando sus copas por el afortunado destinatario de la tarjeta. A ambos lados de la escena central se incluyeron representaciones de la práctica de la caridad hacia los pobres y seguidamente el texto
La tarjeta navideña no fue del todo bien recibida en algunos círculos de la sociedad inglesa. La escena del brindis causó bastante polémica, sobre todo porque aparecen algunos niños brindando y se llegó a decir que incitaba a la bebida, pero como le sobraban postales una vez enviadas a sus amigos y familiares, pensó en venderlas, lo que originó la primera remesa de tarjetas navideñas como negocio.
Ya en 1862 se empezaron a imprimir tarjetas navideñas en serie y se convirtieron en un rotundo éxito.
Ya sabemos que los tiempos cambian y ahora ya no tenemos tiempos para sacar papel y lápiz y retomar esa sana costumbre de felicitar el año, de mandar esas letras en un sobre con un dibujo navideño y escribir eso de : FELIZ NAVIDAD.
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